El Chaparral

Migrantes buscan regresar a sus países tras meses en El Chaparral

Telemundo

TIJUANA- A más de ocho meses de ser el punto de concentración de migrantes en espera de solicitar asilo en Estados Unidos en la frontera de Tijuana, en el campamento del chaparral se enfrentan a más dificultades.

Ya son cuatro días sin energía eléctrica en el campamento, una situación que se complica cada vez más para las familias que se encuentran aquí por lo cual algunos ya han decidido pedir ayuda para regresar a sus países de origen, como Juan Gabriel Martínez, migrante hondureño quien llegó al campamento desde junio junto con uno de sus hijos.

“Cada día más difícil y estoy estresado y yo no quiero estar más aquí”, dijo Juan Gabriel a Telemundo 20

Han pasado tiempos sin agua, sin baños, y ahora también sin luz, por lo que Juan Gabriel dice no poder más en el chaparral y busco apoyo para regresar a Honduras.

Cientos de migrantes se sienten molestos tras la instalación de un cerco alrededor del campamento El Chaparral donde ahora se lleva un control de quién entra y sale.

 “Tengo mi otro hijo allá, él tiene 16 años, pienso mucho en él sabe que la familia es todo para uno”, dijo Juan.

Autoridades municipales confirmaron que fue la Procuraduría para la defensa del menor, la instancia que solicitó a la Comisión Federal de Electricidad, retirar las conexiones irregulares conocidos como “diablitos” del campamento, por representar un riesgo para quienes ahí habitan.

 “Con ese fin de proteger a la niñez porque como vemos están las instalaciones un poco irregulares”, Señaló Eduardo Lucero, director de atención al migrante de Tijuana.

Sin energía para utilizar parrillas eléctricas o iluminarse en las noches, ahora también tienen que pagar entre 10 y 15 pesos para poder cargar su celular.

La organización Al Otro Lado entabló una demanda hace 5 años al descrubrir a agentes federales mintiéndole a los migrantes

 “Ocupamos la luz sólo para eso, para cargar nuestro teléfono. Ahí en los baños cobran 15 pesos para cargar, pero ahí van a cargar la gente que tiene dinero nosotros casi ni tenemos dinero porque como no estamos trabajando”, mencionó María Ángela Pacheco, migrante de Honduras. Pero hay quienes aprovechan la caseta de policía para abastecerse de energía eléctrica.

 “Mira ahorita estamos ahí cargando y tenemos que estar un rato bastante para cargar”, agregó María.

Pero la falta de luz es la gota que derramó el vaso para Karen, quien lleva meses en el campamento sin ver ningún avance.

 “Me siento decepcionada ya mucho tiempo y no estamos esperanzados a nada de nada sirve estar acá perdiendo el tiempo”.

Con palos y piedras los migrantes golpearon a los agentes en una carretera del sur de México.

Con sus dos pequeños acudió a solicitar apoyo para regresar a El Salvador y dejar atrás el campamento migrante en la frontera.

 “Dicen que mañana sábado nos van a desalojar otros dicen que no, que es mentira… y me dicen que aquí estamos sólo por estar para Asilo, para el otro lado de nosotros no hay”, agregó Karen.

Pero mientras unos deciden marcharse otros siguen llegando como Guillermo Gómez, migrante de Michoacán.

“Vamos llegando aquí a Tijuana y vengo pues con el sueño de qué mi familia esté bien”

Sin embargo, no se garantiza que el migrante pueda pasar a esperar en EEUU.

 Guillermo y su esposa se toparon con pared en el chaparral, pues al mantener la zona cercada, no pudieron ingresar, por lo que hoy buscarán donde pasar la noche, pues su esposa tiene 5 meses de embarazo. Y es que después de la credencialización realizada por el ayuntamiento, nadie entra o sale sin identificarse con los agentes policiacos desplegados en el chaparral.

 “Y que ya no se incremente más habitantes en el campamento y las personas que están llegando los canalizamos a un albergue de la ciudad”, añadió el director de Atención al migrante.  Quien reiteró que no realizarán ningún desalojo, pero siguen con labores de convencimiento para poder reubicar voluntariamente a las familias del campamento, ya sea a algún albergue establecido o bien que puedan solicitar apoyo para regresar a sus lugares de origen.

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