Querían cantar para pedirle a Dios por el eterno descanso de sus sobrinos pero el dolor los hizo explotar en llanto. La voz del pastor se confundió con las lágrimas que se fundían en abrazos en un intento por darse unos a otros ánimo.
Así con una vigilia y rezos, la familia Zepeda lamentó la muerte de cuatro menores y dos de sus abuelos, quienes el domingo fallecieron en Houston en el área afectada por las inundaciones.
"No sé, el destino, Dios así lo quiere", dijo Salvador Zepeda, tío abuelo de los pequeños.
Salvador, el tío abuelo de los niños, hasta hace unos meses vivía cerca de ellos, pero tuvo que volver a su natal Monterrey, desde donde elevó al viento sus deseos para que le lleguen a sus familiares hasta el cielo.
"Abrazarlos fuertemente y decirles que daría todo porque no estuvieran ahí, preferiría estar yo, que yo ya viví", lamenta.
Mayra tampoco encuentra consuelo al pensar que sus seres queridos encontraron la muerte al tratar de escapar del huracán Harvey, por eso revisa una y otra vez las fotos, tratando de darles vida a sus protagonistas a través de los recuerdos.
"Algún día los vamos a ver y a eso nos aferramos", se consuela Mayra Zepeda, tía abuela de los niños.
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Pero en tanto la cruda realidad hace más grande su sufrimiento, la distancia se ha vuelto ahora en su peor enemigo.
Ninguno de los integrantes de esta familia tienen papeles para poder viajar al otro lado de la frontera a acompañar a sus familiares, ni a darles el último adiós a los pequeños, por eso acudirán a las autoridades a solicitar una visa humanitaria.
Mientras eso ocurre solo les queda elevar sus oraciones y rogar porque la madre de los pequeños encuentre pronto consuelo.
