El inmueble fue cerrado con cinta amarilla, como si ahí se hubiera cometido un crimen y permanece en silencio, tanto que hasta el perro que vigilaba que nadie se escapara, descansa tranquilo.
En el pueblo, la inquietud se conjuga con el miedo, pocos se atreven a hablar y quienes lo hacen, con timidez aseguran que nunca se dieron cuenta de que en este inmueble había mas de 100 migrantes retenidos.
"No sabemos, cada uno está en sus hogares, de hecho no salimos", cuenta una vecina que guarda anonimato.
Fue a través de una denuncia anónima como los oficiales llegaron al rancho Anacleto Canabal y ahí confirmaron que 133 migrantes, entre ellos 34 menores, permanecían secuestrados.
La fiscalía mexicana detuvo a dos hombres en el lugar en el que encontraron a los migrantes y con las declaraciones de las víctimas iniciaron una averiguación por privación ilegal de la libertad.
Sor Leticia apoya a quienes viajan intentando cruzar la frontera y, al igual que otras organizaciones, mostró nuevamente su preocupacion porque este tipo de casos, asegura, son cada vez más frecuentes.
Tan solo en este mes su organización reportó que rescataron a casi 600 centroamericanos en Veracruz, Chiapas y Tabasco, bajo las mismas condiciones.
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"Cobran a los familiares tanto en Estados Unidos como en Centroamérica. Probablemente algunos de ellos pueden ser consultados para ser utilizados en filas del crimen organizado", dice la misionera Leticia Gutiérrez.
Los testimonios revelan la pesadilla que todos ellos han vivido.
"Traté de pelear pero me dijo no hagas ni el intento po que le hablo a la policía o a la migra; tú no eres de aquí", relata Mario Hernández, migrante centroamericano.
Las autoridades mexicanas intentan evitar que esto le ocurra a los migrantes, pero hasta ahora los delincuentes van ganando la batalla.
