TIJUANA- Con los templos cerrados por la pandemia durante la celebración a La Guadalupana en Tijuana, fieles católicos se preparan para celebrar en casa el día de la virgen de Guadalupe. Dentro de las medidas preventivas para evitar la propagación del COVID-19, las misas fueron suspendidas en su totalidad y el templo permanecería cerrado este 12 de diciembre.
Con una veladora encendida, la señora Enriqueta González, reza a la virgen de Guadalupe. "Yo le pido a la virgen paz para el mundo, le pido que pronto pase esta pandemia", dijo.
Pues dicen que la fe mueve montañas y hoy la fe de la señora Enriqueta está puesta en la virgen del Tepeyac, y aunque no podrá asistir esta noche a la catedral a cantar las tradicionales mañanitas, vive en su hogar el fervor guadalupano.
"Me siento Guadalupana y me siento mexicana por ese gran regalo que él nos dio al dejarnos a su madre".
Con un pequeño altar en su casa, Enriqueta celebra a la virgen y con lágrimas en sus ojos espera el día en poder regresar a la iglesia.
"Nos da tristeza que nuestras iglesias estén solas en estos días y que no estemos nosotros ahí", expresó.
De acuerdo con Francisco Moreno Barrón, Arzobispo de la diócesis de Tijuana, esta celebración a la virgen de Guadalupe se vivirá desde el interior: “en estas fiestas guadalupanos honren a la santísima virgen le manifiesta en su amor desde su interior desde su corazón”
Este viernes la catedral de Nuestra Señora de Guadalupe en la zona centro, así como el resto de las iglesias, estuvieron cerradas y así permanecerán también el día de mañana 12 de diciembre. Sin embargo no fue obstáculo para que los fieles católicos se acercaron hasta la puerta para rendir una oración a la virgen.
"Cuándo tengo posibilidad de venir vengo como ahora en estos días estoy aquí en Tijuana", comentó a Telemundo 20 Pedro Haro, Residente de Los Ángeles California.
Una cirugía está en puerta y Pedro no quiso dejar pasar el día sin hacer una oración frente a la que llama la casa de la virgen morena.
"Voy a tener una cirugía el próximo viernes que viene .... Vine a comprar unas veladoras y a darme mi vuelta aquí a rezarle poquito a la virgen y a mi señora" señaló.
Una puerta cerrada, un atrio sin danzantes ni peregrinaciones. Los músicos para las mañanitas pasan de largo por la catedral. creyentes que llegan hacen una pequeña oración y se retiran del lugar, algunos con más dificultades, pero con una fe compartida y plasmada en la imagen de la virgen morena. Una fe que el COVID-19 no ha vencido.
