SAN DIEGO – El vecindario fronterizo de San Ysidro ha sido una de las áreas más impactadas durante las restricciones en la frontera de más de año y medio ya que tanto los negocios como las personas que antes de la pandemia cruzaban con frecuencia.
Dariana Trinidad dice sentirse preocupada por la avalancha de gente que verá a partir de noviembre.
“Va a ser algo caótico, pero está bien porque hay mucha gente deseando entrar otra vez”.
Después de 19 meses, las fronteras con México y Canadá reabrirán para aquellos extranjeros que tengan visas de turismo y deseen ingresar, vía terrestre o en ferry, a Estados Unidos por razones no esenciales y estén completamente vacunados.
El Departamento de Seguridad Nacional anunció el cambio de su política de restricciones fronterizas el martes en la noche, y entraría en vigor a inicios de noviembre.
“Lo que le tengo miedo es al tráfico. Si vamos a regresar a manejar esa gente, que inmigración tenga el personal para manejar ese volumen porque San Ysidro jueves y viernes se pone feíto”, compartió César Michel, comerciante de San Ysidro.
En San Ysidro ya no vemos la cantidad de turistas y transeúntes que antes de la pandemia cruzaban diariamente, o lo fines de semanas para hacer las compras. Son menos los vehículos desde marzo de 2020 y la gente se ha acostumbrado también a ello.
“Aquí en el área de las Américas, uno trata de guardar distancia y la gente van atrás de uno”, dijo Trinidad, preocupada por la avalancha de gente en noviembre.
“Hay mucha fila, y eso que ahorita es solo los ciudadanos. Si ya van a poder cruzar los de visa va a haber más gente”.
Muchos están preocupados por cómo trabajarán las autoridades migratorias en noviembre para procesar al volumen de personas que ansía ingresar a Estados Unidos por los cruces peatonales de San Ysidro u Otay Mesa.
“Si cooperaran las autoridades de inmigración y hacerlo más rapidito no pasa nada, pero si nos detiene ahí y hay más gente”, dijo Anabel Marín, quien cruza frecuentemente la frontera y agregó “también es bueno, porque mis vecinos que tienen sus negocios más de turismo ellos apenitas están sobreviviendo”.
En el caso de Cesar, como muchos residentes y comerciantes del San Ysidro, tiene más de una historia para contar referente al cierre a cruces no esenciales para turistas como su mamá.
“Mi mamá tenía un año que no entraba al país, porque tenía visa de turista y vivía en Mexicali. Y lo que fue que le compré un vuelo, y de Mexicali manejó a Tijuana de Tijuana voló al DF y del DF voló a los ángeles y yo fui por ella a los ángeles y en el bautizo la vieron todos”.
Algunos contentos, otros algo preocupados, pero todos concuerdan en que ya era horade que abrieran la frontera terrestre para el cruce de quienes tienen un visado de turismo. Así muchos se ahorran el tiempo y el dinero de intentar llegar vía aérea, algo que han hecho para e una manera u otra esquivar esas regulaciones.