Tensión con Rusia: Tillerson participa de reunión clave

El secretario de Estado de EEUU se encuentra en Moscú para tratar el tema Siria.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, expresaron su deseo de aclarar sus respectivas posiciones en asuntos clave como el conflicto sirio, al comenzar el miércoles una reunión en Moscú.

"No nos pongan en la falsa disyuntiva de estar con vosotros o contra vosotros", dijo Lavrov a su colega estadounidense al comenzar el encuentro.

Tillerson, por su parte, dijo esperar que en la reunión se puedan "clarificar" las posiciones de cada uno, "determinar las diferencias y por qué existen" y ver "el modo de reducirlas".

Tillerson, el primer alto funcionario de EEUU que visita este país desde la llegada al poder del presidente Donald Trump, puso en duda que la alianza con Assad e Irán sirva a los intereses de Rusia "a largo plazo".

"¿Es esa una alianza a largo plazo que sirve a los intereses de Rusia o preferiría unirse a Estados Unidos, junto con otros países occidentales y de Medio Oriente, para resolver la crisis en Siria?", declaró antes de viajar rumbo a Rusia.

Tillerson, que participó en Italia en una reunión de Exteriores del G7 y acordó con la primera ministra británica, Theresa May, "presionar" a Rusia, subrayó que "está claro que el reinado de la familia Al Asad está llegando a su fin".

Desde el presunto ataque químico del pasado 4 de abril en la provincia siria de Idleb, del que Occidente responsabiliza a Damasco, Tillerson no ha dejado de acusar a Rusia de ser responsable "moral" de la muerte de casi un centenar de civiles.

En opinión de Washington, Rusia ha incumplido su parte en el acuerdo de eliminación de armas químicas en Siria, que evitó en 2013 una invasión estadounidense y que fue forjado prácticamente bajo mesa por Putin y Al Asad.

Al mismo tiempo, aunque aseguró que Washington guarda en la recámara un nuevo bombardeo contra objetivos sirios, afirmó hoy que para la Casa Blanca es prioritaria la lucha contra el grupo terrorista ISIS.

Los otros países del G7 no sólo rechazaron nuevas sanciones contra Moscú, como proponía el Reino Unido, sino que abogaron por una solución diplomática para el conflicto, admitiendo que sin Rusia e Irán no hay arreglo posible.

Mientras, Putin dejó claro que no dará su brazo a torcer al responder a las acusaciones alertando sobre que, según los datos en su poder, se preparan nuevas "provocaciones" de ataques químicos en Siria para culpar a Assad.

"Se proponen colocar algún tipo de sustancia y culpar de su uso a las autoridades sirias", aseguró.

De hecho, el Estado Mayor ruso afirmó de que los terroristas ya están transportando sustancias tóxicas a la zona de Guta Oriental, el oeste de Alepo y Jan Shijún, donde tuvo lugar la pasada semana el ataque químico.

A su vez, Putin destacó que la situación creada tras ese presunto ataque químico en Siria le recuerda a la invasión de Irak en 2003, "cuando los representantes de EEUU en el Consejo de Seguridad mostraron las supuestas armas nucleares encontradas en Irak".

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