Un equipo de bomberos de San Diego rechazaron los elogios que recibieron por reemplazar una rampa para silla de ruedas que estaba desgastada afuera de la casa de una mujer anciana, e insistieron que el trabajo lo realizaron sólo para ser buenos vecinos.
Bomberos de la estación 32 en Paradise Hills del Departamento de Bomberos y Rescate de San Diego, vieron la oportunidad de ir más allá cuando respondieron a la casa de una mujer después de que se cayó de la silla de ruedas, y no pudo levantarse.
"Se notaba que la rampa estaba un poco desgastada", dijo el bombero, Patrick Knodel. Cuando la tripulación entró en la casa, Knodel tuvo que advertirles sobre un agujero potencialmente peligroso en la antigua rampa.
Después de ayudar a la mujer a volver a su silla y asegurarse de que todo estuviera seguro dentro de su casa, el equipo de bomberos se reunió para ver si podían hacer algo para que el exterior de su casa fuera más seguro.
"Uno de nuestros lemas en el departamento es 'ver un trabajo, hacer un trabajo', por lo que decidimos dar un paso al frente y eliminarlo", dijo Knodel.
Una vez que el equipo obtuvo permiso por parte de la mujer anciana, para el proyecto, tuvieron derecho a trabajar. Knodel llevó sus herramientas de su casa, una ferretería local tuvo la amabilidad de donar los materiales, y la Asociación de Propietarios de Casas incluso los ayudó a deshacerse de la vieja rampa desgastada.
"Se notaba que era una comunidad muy unida", dijo Knodel. Él dijo que los vecinos de la mujer se acercaron a ellos y les ofrecieron agua y asistencia.
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"Pasamos un tercio de nuestro año viviendo [en la estación de bomberos]. Esta es nuestra casa, por eso la llaman estación de bomberos, y los ciudadanos de esta comunidad en Paradise Hills son nuestros vecinos, así que sólo somos buenos vecinos", dijo el bombero, Gabe Ortiz.
Aunque ninguno de los miembros de la tripulación tenía experiencia en carpintería, combinaron sus talentos y realizaron el trabajo. Los miembros de la tripulación dijeron que el proyecto resultó ser un increíble ejercicio de trabajo en equipo para la tripulación.
El equipo de la estación 32 dio otro ejemplo más de por qué los bomberos son tan respetados en todas las comunidades, pero no los llamen héroes.
“Los maestros son héroes, los trabajadores sociales son héroes. Esto es justo lo que hacemos para ganar dinero. Servimos a la comunidad lo mejor que podemos y al servir a la comunidad también somos parte de ella”, dijo Ortiz.
Cuando se le preguntó si había alguna posibilidad de que él y su equipo hicieran un trabajo de carpintería, Ortiz dijo con una sonrisa: “No, pero si necesita ayuda, lo ayudaremos”.
