SAN DIEGO - Una propuesta de ley trataría de impulsar esta idea, pero la pregunta es, ¿Qué tan fácil o difícil sería para un padre llevar a la corte a una compañía tan grande y poderosa como Facebook o Twitter?
Para Edith Ávila, es preocupante las horas que sus hijos pasan detrás de las pantallas móviles.Su hija de 13 años es fanática de las redes sociales.
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“Yo le pongo un límite pero a veces se me esconde y la vuelvo a cachar”, dijo. “No solo ve, sino graba sus videos también ella”.
Sin embargo, su hija no es la única. Otros padres viven lo mismo. Algunos de ellos temen que sus hijos se hagan adictos a las redes sociales, pero para evitar que eso suceda, la propuesta de ley de California, AB 2408, busca facilitarle a los padres demandar a redes sociales como Instagram, TikTok y Snapchat si creen que convirtieron a sus hijos en adictos a sus plataformas.
Jessica Heldman forma parte del Instituto de leyes de la Defensoría de Menores en la Universidad de San Diego, la cual apoya dicha propuesta de ley, ya que asegura que varias investigaciones indican que la ansiedad, la depresión y las muertes por suicidio podrían estar relacionadas con el uso elevado de las redes sociales.
“Contratan a psicólogos, neurocientíficos para que trabajen en su diseño”, dijo Heldman.
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Agrega que apoya la propuesta debido a que, por medio de estas contrataciones, se estudie cómo funciona la mente humana, y así diseñen sus páginas de una manera que retenga más atención de los menores.
Pedro Bernal, abogado penalista en Bernal Law dice que el propósito de esta ley es compartir la responsabilidad sobre esta adicción en menores.
“Lo que están tratando de hacer en esta instancia es que las empresas grandes como Instagram o Facebook, tengan algo de responsabilidad en los daños que le están causando a esos menores que se hacen adictos y que realmente se vuelven usuarios compulsivos de sus productos, tanto que cuando les quitas ese producto hay cambios en el cerebro como cualquier otra adicción”.
El abogado Bernal dice que la propuesta sí tiene sentido, pero que se escucha más fácil de lo que realmente es.
“Se me hace bastante complicado ponerte a esas empresas como enemigo porque el gobierno no da ninguna ayuda para que los padres inicien una demanda civil. Las personas tendrían que tener los recursos personales para presentar la demanda”, dijo Bernal. “Una demanda inicial puede costar 10, 20 o 30 mil dólares”.
Aparte de los recursos monetarios, se necesitaría comprobar los daños, como pruebas médicas o reportes de un terapéuta.
Por su parte, Edith dice que le agrada tener la posibilidad de demandar, pero que ella lo pensaría dos veces antes de hacerlo.
“Son culpables tanto los padres como los que crean las redes. Ellos porque las crean y nosotros porque le permitimos tener acceso”, dijo Ávila.
