SAN DIEGO—La pandemia no solo ha tenido un impacto en la salud y economía de miles de personas, sino que ha afectado incluso los sueños de muchas personas, entre ellos los jóvenes, para quienes las restricciones aniquilaron sus sueños universitarios y sus padres temen las consecuencias que sea permanente.
Erik Rodriguez se graduó de la preparatoria con honores y fue aceptado en al menos la Universidad Estatal de California Fullerton, la Universidad Estatal de San Diego (SDSU) y la Universidad Estatal de San Francisco.
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Su madre aún recuerda el día que se sentaron para escoger cuál elegiría.
Pero la emoción y los planes para una vida profesional en la carrera de Justicia Criminal en SDSU, se quedaron en eso, en sueños.
“Después de un año estoy aquí en mi casa”, lamenta Rodríguez.
Por los últimos 12 meses su cuarto ha sido su universidad, en donde pasa horas, días, frente a su computadora en lugar de estar frente a un maestro o haciendo nuevos amigos. Además de perderse eventos como su graduación, prom, Grad Night.
“Esos eventos no se va a volver a repartir nunca, una experiencia arrebatada”, dice su madre Norma Rojo.
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La experiencia universitaria de este joven mexicano fue aniquilada por la pandemia, lo que le hizo entrar en depresión y perder las ganas de seguir estudiando: “No estoy allá, ni agarrando los recursos, conociendo más personas”.
El aislamiento aniquiló los sueños universitarios de Rodríguez, quien por años luchó para obtener calificaciones muy altas, de 4.6.
“Desde pequeño yo sabía que él iba a llegar a donde está ahora”.
La familia asegura que gracias a su madre salió a flote y evitó que se hundiera en la depresión para encontrar de nuevo la motivación y lograr sus sueños de toda una vida, sueños que por poco quedaron truncados, aseguran.
“Si no lo puedo meter a que vaya a la universidad mínimo que salga a algo y lo metí a trabajar, uno como es nuestra responsabilidad tocarles la puerta sacarlos y platicar con ellos es a lo que yo me he dedicado”, dice Rojo.
