Cambio climático

Verano 2020: Una temporada histórica

Olas de calor récord, furiosos incendios forestales y una temporada activa de huracanes, todo intensificado por el cambio climático.

A NASA satellite image shows wildfires, heavy smoke and hurricanes.

Este verano, los eventos meteorológicos extremos dominaron los titulares en Estados Unidos.

Valle de la Muerte, California alcanzó un récord de 130°F, partes de Luisiana y Texas fueron sacudidas por los vientos de 150 mph del huracán Laura, y California ardió con su primer, tercer y cuarto incendio forestal más grandes registrado arrasando con el paisaje seco. Todos estos eventos tienen un factor contribuyente común: el cambio climático.

Las actividades humanas están contaminando la atmósfera con gases que atrapan el calor y provocan que las temperaturas globales aumenten. Como resultado, los huracanes y los incendios forestales son cada vez más intensos y el calor excesivo más común.

El calor del verano de 2020 es uno para el registro histórico. Fue el cuarto verano más caliente en el registro para los Estados Unidos contiguos y el tercer verano más caliente a nivel global.

La mayoría de las ciudades en el suroeste, sureste, atlántico medio y noreste rompieron o empataron su récord de verano más caluroso hasta la fecha. Investigando esto más a fondo, Climate Central descubrió que el verano 2020 fue uno de los 10 veranos más calurosos para el 37% (452) de las 1203 ciudades analizadas, y 55 ciudades tuvieron su verano más caluroso registrado. Además, estos aumentos en las máximas históricas locales reflejan una tendencia a más largo plazo. De enero a agosto de 2020, en un análisis separado de 231 ciudades, el 73% (170) tuvo más máximas récord que mínimas récord de temperatura, y el 50% de esas ciudades (86 de 170) sólo rompió máximas récord.

Un ejemplo notable es Miami, Florida que experimentó 22 máximas récord diarias y 0 mínimas año a la fecha. Este desequilibrio de máximas y mínimas récord es un sello distintivo del cambio climático a medida que aumenta la temperatura promedio mundial. 

Crédito: Climate Central

El calor excesivo es el principal asesino relacionado con el tiempo en los EE.UU. Esto es cierto especialmente para las poblaciones de gente mayor, o que tienen condiciones de salud preexistentes, trabajan al aire libre o no tienen acceso al aire acondicionado. Además, el riesgo de calor es alto en las zonas urbanas debido a la abundancia de superficies oscuras que absorben el calor.

El calor también se distribuye desproporcionadamente dentro de las zonas urbanas, particularmente en las comunidades afroamericanas e inmigrantes que han sufrido de prácticas discriminatorias y que tienden a tener una cobertura de árboles más baja que los vecindarios de angloamericanos.

En muchas ciudades, investigadores y planificadores de ciudades están trabajando juntos para mitigar el efecto de la isla de calor urbano. Los proyectos de cartografía en curso identifican puntos críticos donde las soluciones de adaptación al calor son más necesarias.

Aumentar la cobertura de sombra con árboles, diseñar techos verdes o frescos para reemplazar superficies más oscuras y calientes, y asignar más centros de enfriamiento en comunidades vulnerables son estrategias efectivas.

Sin embargo, reducir las emisiones de efecto invernadero es la mejor manera de mitigar el calor excesivo y reducir el riesgo de intensas temporadas de huracanes e incendios forestales en el futuro.

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