TIJUANA- En Tijuana también reaccionaron ante el rechazo de la solicitud del gobierno del presidente, Donald Trump, para cancelar el programa DACA, que permite estudiar y trabajar a jóvenes que fueron llevados en su infancia a Estados Unidos y no cuentan con una ciudadanía estadounidense.
“Una noticia en medio de la pandemia fue un notición”, dijo Esther Morales Guzmán, una mujer deportada a Tijuana de Estados Unidos.
Morales, quien también es miembro del grupo de dreamer moms en Tijuana, le dio escalofríos pensar en los beneficios para sus cinco sobrinos que la esperan en California corrían riesgo.
“Ayer que supe la noticia se me puso el cuerito así bien bonito y lo primero que pensé fue en ellos”, aseguró Esther.
Esther vivió 20 años en Estados Unidos y fue deportada en el 2010 y sabe la incertidumbre que sufría su familia ante el riesgo de la deportación y perder todo lo construido en años de trabajo. El mismo sentir de Cristian, quien fue llevado a EEUU a los 40 días de nacido.
“No soy de allá pero tampoco soy de aquí completamente, o sea que tengo que ser más Americano que los americanos y más mexicano que los mexicanos”, contó Cristian Iván Muñoz, desde Tijuana.
Una incertidumbre que le llevó a regresar voluntariamente a México hace tres años, después de la deportación de su madre y la muerte de su abuelo, el fallo de ayer, dice le produce mezcla de sentimientos.
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“Se siente bonito pero a la misma vez si me arrepiento porque ahora me doy cuenta más de las oportunidades que tenía allá que aquí no tengo”, señaló Cristian Iván.
Según Morales sus sobrinos temían constantemente ser deportados de Estados Unidos, restricciones a la vida de jóvenes que jamás han podido dejar el territorio estadounidense, aún después del fallo, se les impide viajar.
“Los tienen como amarrados, cuando son jóvenes que quieren volar”, contó Morales a Telemundo 20
Jóvenes como Cristian que asegura aunque sabe ya no puede aplicar al programa, aún sueña regresar al que también siente como su país.
“Me gustaría poder entrar a Estados Unidos legalmente con la frente en alto”, agregó Cristian.
La mayor ilusión de estos residentes de Tijuana es que sus familiares un día puedan transitar entre ambos países y reunirse todos en México sin el temor a perder su estatus migratorio y no poder regresar a Estados Unidos.
