SAN DIEGO- La actual administración presidencial, amparada en el título 42 de salud, continúa separando familias. Por eso, el Sindicato Americano de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas inglés) le exigió cambios inmediatos al Departamento de Seguridad Nacional.
“Hemos enviado una carta al director del departamento de seguridad nacional para que implementen ciertas recomendaciones que no tienen que ser actos del Congreso”, dijo Monika Langarica, abogada de ACLU.
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Planteamientos que fueron enviados al Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, por el Sindicato Americano de Libertades Civiles de los condados de San Diego e Imperial.
“La familia es importante y tiene derechos y de que no hay razón para separar a la familia”, señaló Everard Meade, profesor de USD.
El documento expuso varios casos de separación familiar de núcleos provenientes de distintos países, que fueron separados al llegar a la frontera de México con California.
La vigencia del Título 42 de salud les permite a las agencias federales expulsar inmediatamente a los inmigrantes.
Esa maquinaria federal no ha cambiado en las últimas dos administraciones presidenciales, y tampoco durante la del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
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Por eso, después de cinco meses de administración, ACLU y el Servicio de Familias Judías de San Diego proponen que cuando miembros de una familia viajen juntos y a uno de ellos le den libertad condicional, pues que esa libertad se la otorguen a cada adulto de esa familia.
Para que no se reporté el caso cómo el de una familia venezolana que entró a Estados Unidos por San Diego.
El esposo fue liberado bajo libertad condicional, y su esposa fue enviada a custodia del Servicio de Control de Inmigración (ICE, por sus siglas en inglés) y luego transferida a través de varios centros de detención en Arizona, Louisiana y Mississippi.
“Tienen el derecho de aplicar y darles el debido proceso, y parte del debido proceso es infringir sufrimiento innecesario en una familia”, dijo Meade.
El fenómeno fronterizo, el re-juego político de los dos partidos principales en Estados Unidos, y las acciones de la Casa Blanca hacia los inmigrantes, sin importar quien esté en la oficina oval, tienen como pilar obtener y mantener el poder ejecutivo.
“Al final de cuentas los migrantes no votan, no votan. Es cruel, pero es así”, agregó Meade.
Mientras, ACLU espera respuestas y acciones concretas del secretario de seguridad nacional, Washington mantiene brazo firme en contra de la inmigración irregular. La misma, que en campaña electoral, habían dicho que era bienvenida al país que es faro de libertad y oportunidades para los inmigrantes.
