POMONA- Sin duda la discriminación es un tema que sigue dando mucho que hablar, y un joven afrolatino contó a Telemundo 20, cómo ha vivido en carne propia, el rechazo por su color de piel, y cómo incluso, los mismos latinos han sido cómplices de momentos que lo han marcado de por vida.
Carlos Vargas fue criado en la cultura mexicana.
“Yo puedo comer tacos todos los días”, expresó.
Sus tacos preferidos son los de birria, siempre y cuando tengan picante.
Y aunque el fútbol soccer no es su fuerte, él dijo que conoce bien a los equipos en México como el Cruz Azul, y Las Chivas.
Vargas nació prematuro a los cinco meses, ya que dijo que su madre biológica estaba “en malos pasos”.
“Me quitaron de su casa, y me pusieron para adopción”, relató.
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Cuando cumplió dos años, una pareja mexicana decidió adoptarlo.
“En total somos ocho, mi mamá tuvo cuatro hijos que son de su sangre y luego adoptó a cuatro hijos también”, dijo Vargas.
Él es el único de piel oscura en su familia, y ninguno de sus hermanos lo ha tratado diferente, sin embargo, las personas a su alrededor sí lo han hecho.
Vargas contó que incluso ha vivido la discriminación desde que era niño cuando visitaba a sus amigos.
“Siempre me tenía que cuidar porque si algo desaparecía o si alguien perdía algo, yo era el primero que decían que yo me los robé o que yo se los quité”, contó.
Vargas dijo que con el paso del tiempo, eso no ha cambiado.
“Así es la gente en este mundo, desafortunadamente ven el color de piel en vez de enfocarse en el corazón de alguien”, comentó.
Para Vargas no fue difícil crecer entre latinos, ya que es la única cultura que conoce, pero lo que sí fue complicado, fueron los maltratos por su color de piel.
“Sí, sí, sí. A veces me gritan afuera de sus carros, negro, o a veces me han dicho mayate”, dijo Vargas sobre ser discriminado por latinos.
Vargas nunca se ha avergonzado de sus orígenes, pero aseguró que en algún momento sí quiso cambiar su apariencia simplemente para no verse tan diferente entre los mismos hispanos.
“En un punto yo quise cambiar mi pelo”, contó. “Sí, me lo cortaba hasta abajo, me rapaba hasta no tener nada”.
Vargas tiene 23 años, es residente de Pomona y se dedica a instalar refrigeradores a domicilio. En sus ratos libres, ha estado asistiendo a varias manifestaciones en contra del abuso policial, pero esta no es su única lucha.
Él dijo que desde hace tiempo ha participado en otras protestas pacíficas.
“Para luchar por los niños que ahorita están detenidos por ICE”, comentó.
Abogar por los derechos de los inmigrantes es muy importante para él, porque su madre llegó a Estados Unidos como indocumentada.
“Cuando vino mi mamá a este país, vino con un sueño y lo logró”, señaló.
Mientras este joven espera un cambio, él se enfoca en cumplir el sueño que ha tenido desde niño.
“Desde los cuatro años he cantado canciones de Vicente Fernández”, dijo Vargas.
El afroamericano dijo que le gusta la música de banda, y los corridos tumbados. Incluso, es el vocalista de un grupo que está comenzando llamado “Patrones de Oro” y mientras sigue en la lucha por un trato igualitario, practica con canciones que le llegan hasta el alma.
Los ídolos de Vargas son la agrupación “Los Hijos de García” y Espinoza Paz, y pronto le gustaría interpretar canciones similares o que inclusive reflejen la discriminación.