LA JOLLA- La ruta era más corta que una carrera de cien yardas.
Solo había un auto, un mini británico, además.
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Este fue fácilmente el desfile más pequeño de la historia.
El desfile también puede haber tenido el corazón más grande de la historia.
“Nunca antes habíamos hecho algo así”, dijo Pat Guerrero, mientras señalaba con la mano hacia el camino corto entre las casas que conforman la comunidad de jubilados de White Sands en La Jolla.
Los residentes de White Sands se enteraron de que los familiares de un amigo de un amigo, una abuela, una madre y una hija de 3 años con solo el equipaje en sus manos, acababan de llegar después de un largo viaje desde Ucrania.
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Se quedarían en el departamento de La Jolla de su pariente, por el momento.
Guerrero y la residente Mary Sue Lindsay, organizaron un desfile y una recaudación de fondos para dar la bienvenida a la familia ucraniana a San Diego.
“Estamos muy emocionados como comunidad de darles la bienvenida a La Jolla”, dijo Guerrero.
La familia llegó en un mini convertible británico y lentamente avanzó por la “ruta del desfile” bordeada de residentes que ondeaban banderas de Ucrania y Estados Unidos.
Cada residente entregó a la madre o hija un girasol de tallo largo.
Se pudo ver a mamá limpiándose una lágrima de su ojo.
La familia se negó a hacer una entrevista y decidió vivir el momento.
“Tenemos la bendición de tenerlos como vecinos”, dijo Guerrero.
A lo largo de la ruta del desfile, el residente, Lyle Hampton se sentó en una silla con una caja en sus manos que contenía huevos de Pascua pintados a mano por una mujer ucraniana hace 40 años.
Hampton decidió dárselos a la madre.
“Oh, porque esta es una ocasión muy especial para ayudar a los ucranianos”, dijo Hampton, con una sonrisa.
El desfile concluyó con Lindsay entregándole a la madre una caja llena de tarjetas de regalo recolectadas por los residentes con la esperanza de ayudar a la familia a comprar ropa nueva.
“Estamos aquí para ellos, para apoyarlos en lo que necesiten”, dijo Guerrero.
Guerrero agregó que la cercana escuela Gillispie en La Jolla también le ofreció a la joven una beca completa mientras asistiera a la escuela.
