Mujeres reclutadas por el narco

En el penal de la mesa en la ciudad fronteriza de Tijuana, hay mujeres que purgan penas por robo, homicidio, fraude y por venta de droga. Como es el caso de Ana Bertha Armenta quien tiene dos años cuatro meses dentro de la prisión.

“Me llamo Ana Bertha Armenta y estoy recluida por un delito contra la salud”, cuenta Ana Armenta.

Ana recuerda que de ganar unos pesos vendiendo fruta en las calles, pasó a ser empleada de los cárteles de la droga.    

"Desgraciadamente me metí a trabajar en eso por la misma necesidad, yo tenía un buen trabajo y lo dejé, me ofrecieron ese trabajo y lo miré fácil", dijo Ana Armenta.

Ella es madre de tres y abuela de ocho nietos y con profundo dolor recuerda, que cuando fue reclutada por el narco, miró una oportunidad para vivir mejor, una oportunidad que dice, ahora lamenta.

"Yo quería arreglar la casa, quería hacer cosas que no podía hacer con el sueldo que yo tenía y dije solo lo voy hacer un tiempo y cuando ya quise alejarme estaba bien metida”, comenta Ana Armenta.

La sentenciaron a cinco años de cárcel, en poco más de dos cumplirá su condena. Ana dice que si  hubiera tenido un empleo bien remunerado no habría trabajado para los traficantes de droga.

De acuerdo con cifras oficiales, en el centro de reinserción social Tijuana hay  274 internas, de ellas 67 están tras las rejas por delitos contra la salud, casi la mitad de ellas no sabe cuánto tiempo estarán en prisión y muchas de ellas aseguran que son inocentes.

"Yo venía con la esperanza de venir a trabajar acá, en realidad no sabía al lugar que llegaba y ahí había droga", asegura Karen Lucero Gómez.

Al igual que muchas mujeres, Karen tenía una semana recién llegada de su natal Chihuahua y ahora sólo quiere volver para estar muy cerca de sus hijos.

"Les pediría perdón por haberlos dejado por haberles querido dar una vida mejor y no haberlo logrado, quiero abrazarlos ", dijo Karen Lucero Gómez.

Las autoridades locales, justifican que la ola de violencia que ahora azota Tijuana, con más de 900 ejecutados en lo va de este año se debe a la pugna entre criminales.

"Muchas de estas muertes, no tienen que ver con el trasiego de droga, sino con buscar tener el control del mercado de la venta de droga a nuestros ciudadanos", comenta Antonio Sotomayor Secretario de Seguridad Pública.

Desde la iglesia dentro del penal, ahora Ana reza con fe a la virgen de Guadalupe para que sean los gobiernos quienes frenen  la violencia, para que las mujeres y los niños no sean carne de cañón para el narco, en medio de esta guerra.

"Están muriendo muchos niños y no les importa si trabajan en eso o no", concluyó Ana Armenta.

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