Un día en la vida de una madre soltera trabajadora de la construcción

Diana Cárdenas, tiene tres hijos y es una guerrera. Enviudó teniendo tres hijos, y ante una situación extraordinaria ella decidió hacerle frente y sacar a sus pequeños adelante.

Son muy pocas las mujeres que trabajan en la industria de la construcción, que suele estar dominado por los hombres. Es un trabajo difícil, “físicamente muy exigente”, dijo Cárdenas. “Se les hace raro vernos aquí, nos confunden con limpieza”.

Entre pintores, electricistas y carpinteros llama la atención no solo porque es mujer si no porque al igual que el resto, usan sus manos, su fuerza física y técnica adquirida en los últimos tres años para realizar su trabajo.

Su motor e inspiración son sus hijos. De lunes a viernes deja a sus dos hijos mayores en la escuela y al menor de 3 años de edad en la guardería. Después compra desayuno y almuerzo, siendo la única oportunidad que tendrá a lo largo de la jornada para comer algo.

Tiene 29 años y desde que tenía 16 sabe lo que es ser madre y responsabilizarse de otra vida. “Mis hijos ellos son mi todo y por ellos soy quien soy y por ellos es que me levanto todas las mañanas”.

Lo más difícil señala es hacerlo sola así ha sido desde que tenía 20 años cuando falleció su esposo.

Pero sobrevivió, ahora enfrenta nuevos obstáculos incluyendo el de vivienda. En promedio gana 700 dólares a la semana. “No es suficiente para tener un apartamento para mi sola y ellos”, aseguró.

Su siguiente meta es instalar azulejo como muchos hombres. “Por ahora solo hago ‘grout’ pero ya hable con mi jefe y quiero aprender a también instalar los azulejos.” En san diego ganaría casi el doble, y aunque son muy pocas las que lo han logrado, eso no la intimida. Al contrario la motiva y la enorgullece.

“Para mí es un orgullo trabajar aquí, yo gracias a esto tengo lo que tengo y mis hijos tienen lo que tienen”, concluyó. 

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