Este miércoles se cumplieron dos semanas del tiroteo registrado en el restaurant de comida rápida Church’s Chicken ubicado en Otay Mesa, y hasta el momento, el sospechoso no fue arrestado.
Miembros de la comunidad dijeron sentir una gran impotencia, ya que muchos quieren ayudar a las autoridades pero con la poca información que se ha dado a conocer sobre sospechoso es difícil hacerlo.
Por su parte, las autoridades aseguraron que siguen trabajando arduamente para dar con su paradero.
Conforme pasaron los días, las flores y las veladoras siguieron llegando al restaurante de comida rápida que se convirtió en la escena de una tragedia.
Fue la noche del 6 de noviembre cuando un hombre entró al establecimiento y disparó a sangre fría contra tres empleados, quitándole la vida a uno de ellos, Maribel Merino Ibáñez.
"Yo sé que los policías hacen muy bien su trabajo pero creo que se pueden esforzar un poquito más", dijo el residente del área, Jerónimo Vargas.
Y es que hasta este miércoles, 14 días después del incidente, el sospechoso estaba prófugo de la justicia.
"Es difícil para las familias darse cuenta que aún no han dado con el paradero de la persona y pues con la pérdida de su hija yo se que es muy difícil", dijo Vargas.
Dicho restaurante no contaba con cámaras de vigilancia, lo que hubiera facilitado su arresto, pero aún así la madre de la víctima mortal dijo durante una vigilia a Telemundo 20, no perder la esperanza.
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"Si esa cámara no los vio siempre va a ver un ojo que lo va a ver y tarde o temprano todo sale a la luz… creo en un Dios todo poderoso", dijo Ema Carla Merino, madre de Maribel Merino Ibáñez.
Por su parte, la policía de San Diego dijo que la investigación sigue muy activa pero al momento no hay información nueva que puedan compartir, y eso también provoca incertidumbre entre residentes del área.
"Sería bueno que por lo menos saquen un sketch las personas que no lo conocen por lo menos tener algo para identificarlo", dijo Vargas.
Por ahora, sólo hay una fotografía del auto que se cree conducía el sujeto identificado sólo como un hombre afroamericano de unos 30 años de edad alto y delgado.
La hija de Mario Rojas quien fue otra de las víctimas de este tiroteo, dijo que su padre seguirá hospitalizado durante un mes más, pero que esperan tenerlo en casa para Navidad.
Una amiga de la hija de Rojas creó una página en GoFundMe para ayudar a Rojas y su familia con los gastos médicos del padre de familia.
