SAN DIEGO – Este sábado se cumplen 20 años de los trágicos ataques terroristas del 11 de septiembre en Nueva York, que no solo acabaron con la vida de miles de personas sino con los sueños de millones de inmigrantes y hasta este día su impacto continúa sintiéndose en la frontera, según un experto en relaciones internacionales.
Tras los atentados del 9-11, nuestras vidas nunca volvieron a ser las mismas, pero dos décadas después, la comunidad inmigrante continúa sufriendo, es la comunidad inmigrante, quien, según expertos, son las victimas a largo plazo de ese martes negro.
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“Es triste porque los hispanos venimos pagando los platos rotos que nosotros no tenemos ni culpa”, dijo Salvador Candia, quien aún recuerda como si fuera ayer la mañana de 11 de septiembre. Aunque las imágenes de ese fatídico día lo persiguen, hoy agradece que vivió para contarlo.
Candia es un inmigrante que vivía en Nueva York al momento del ataque y había ido las Torres Gemelas a realizar una entrega menos de una hora antes de que el primer avión se impactara contra el World Trade Center.
“Ahorita no estuviera yo hablando si me tocara a mí”, agradece
Refugiado en el sótano del restaurante en donde trabajaba, a unas cuantas cuadras del ataque terrorista, este inmigrante veía en la televisión como las torres se derrumbaban y con ello, sus sueños de caminar libre por este país.
“No es lo mismo ser y estar en los zapatos de un inmigrante a una persona con papeles, no es lo mismo, ayer andaba ICE por aquí, cada vez que vemos eso, es temor”, dice
Según Everard Meade, experto en temas migratorios, desde entonces estalló una política anti migratoria.
A pesar, de que ninguno de los 19 secuestradores era de origen hispano, mexicanos, como Salvador se han sentido acosados y perseguidos por dos décadas.
“Es puro juego y engaño a nuestra gente inmigrante, somos como la novia del pueblo, solo nos bajan la luna y las estrellas, pero no vemos hechos”, dice.
Lo que ven, son arrestos, deportaciones, más restricciones en la frontera y la separación de familias, y según el experto, de no haber habido un ataque terrorista, una reforma migratoria podía haber sido una realidad,
“México y Estados Unidos estaban a punto de hacer un acuerdo migratorio, de hecho, tenían planeado una reunión para el 11 de septiembre entre los dos ministros, de Bush y Fox por otro lado”, asegura Meade.
Este impacto no solo acabo con la vida de cerca de 3,000 personas, sino que interrumpió un proceso en donde Estados Unidos reconocía a México como su mejor socio.
El sueño de una reforma migratoria bilateral en donde republicanos y demócratas la apoyaban, acuerdo que nunca más se ha vuelto a ver, según el experto y que mantiene a inmigrantes como salvador quien ha dedicado su vida apoyar a su comunidad con su organización Herencia Hispana en las sombras.
El gobierno estadounidense gasta alrededor de $50 mil millones para proteger la frontera de un país que de acuerdo al experto no es una amenaza, sino que podría ser su mejor aliado si unieran fuerzas.
