SAN DIEGO- El síndrome inflamatorio multi-sistémico es difícil de detectar, pues los pacientes no desarrollan síntomas hasta dentro de dos a seis semanas después de haber estado expuestos al coronavirus.
Todo comenzó el 18 de diciembre cuando la familia Sorcia se infectó de COVID-19.
“Yo fui el primero que me contagie le comenté a mi esposa y ese mismo día me dijo vete al cuarto”, señaló Regulo Sorcia.
Pensaron que Román, el más pequeño de la casa, estaba excepto del virus.
“Como el niño no presentaba síntomas dijimos pues que bueno él está bien”, añadió Sorcia.
Pero luego de cuatro semanas de haberle ganado la batalla al COVID-19 todo cambio.
“Lo que nos preocupó más fue la fiebre que le duro varios días y después dejo de comer ya no quería tomar fluidos”, reconoció Sorcia.
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Román duro cuatro días en la sala de cuidados intensivos, y el domingo lo dieron de alta. Sin embargo, tendrá que estar bajo supervisión medica por los siguientes cinco años para monitorear que no desarrolle secuelas por el síndrome.
“Pensamos que era como el 'flu' una gripe después notamos que tenía como dolor en su cuerpo en su estomaguito”, explicó Daniel Maya, madre del menor.
Tras vivir una de las peores de las pesadillas, Regulo Sorcia y su familia exhortaron a los padres a estar al pendiente de sus hijos.
“No hay que tomar las cosas a la ligera si ves que el niño no está actuando como su persona hay que tomar acción”, dijo Sorcia.
Cada vez mas pacientes con esta enfermedad de distintas partes de California llegan a San Diego para ser atendidos en el hospital infantil Rady.
“Hemos tenido 44 pacientes con esta enfermedad desde el ano pasado en abril y tenemos una relación muy buena con los hospitales afuera de San Diego”, añadió la doctora Adriana Tremoulet, pediatra en el hospital infantil Rady.
Los médicos determinaron que Román de 18 meses padecía el síndrome inflamatorio multi-sistémico.
