KAMPALA, Uganda — Las autoridades ugandesas recuperaron los cadáveres de 41 personas, incluyendo 38 estudiantes, que murieron quemadas, baleadas o acuchilladas tras un presunto ataque rebelde contra una escuela secundaria próxima a la frontera con República Democrática del Congo, dijo el alcalde el sábado.
Al menos seis personas fueron secuestradas por los rebeldes, que tras la incursión del viernes en la noche huyeron por la porosa frontera hacia Congo, indicó el ejército de Uganda.
Entre las víctimas había estudiantes, un guarda y dos miembros de la comunidad local que fueron asesinados en el exterior del centro, explicó el regidor de Mpondwe-Lhubiriha, Selevest Mapoze, a The Associated Press.
Algunos de los estudiantes sufrieron quemaduras letales cuando los rebeldes prendieron fuego a un dormitorio, mientras que otros fueron baleados o acuchillados con machetes, añadió Mapoze.
En el ataque, que ocurrió alrededor de las 11:30 pm, participaron unos cinco agresores, apuntó el ejército. Los soldados de una brigada cercana que respondieron a la agresión se encontraron con la escuelas en llamas, “con cadáveres de alumnos tendidos en el recinto”, dijo el portavoz del ejército, el brigadier Felix Kulayigye, en un comunicado.
En su nota, el ejército reportó 47 cuerpos y señaló que ocho heridos estaban siendo atendidos en un hospital local. Los soldados ugandeses “están persiguiendo a los agresores para rescatar a los secuestrados”, que fueron obligados a llevar alimentos saqueados hasta el Parque Nacional Virunga, en territorio congoleño, agregó.
Las autoridades señalaron que las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF, por sus siglas en inglés), un grupo extremista que lleva años lanzando ataques desde sus bases en la volátil región oriental del país vecino, perpetraron el ataque en la Escuela Secundaria Lhubiriha de la localidad fronteriza de Mpondwe,
La escuela, que es un centro privado y mixto, está en el distrito ugandés de Kasese, a unas 1.2 millas de la frontera.
Algunas de las víctimas “fueron quemadas hasta quedar irreconocibles”, dijo por teléfono a The Associated Press Joe Walusimbi, un funcionario que representa al presidente del país, Yoweri Museveni, en Kasese.
Winnie Kiiza, una influyente líder política, condenó el “cobarde ataque” en Twitter. Señaló que los “ataques a escuelas son inaceptables y son una grave violación de los derechos de los niños”, y añadió que los centros educativos deberían ser siempre “un lugar seguro para todos los alumnos”.
Las esquivas ADF han sido acusadas de lanzar numerosos ataques contra la población civil en los últimos años en zonas remotas del este de Congo, y rara vez reclaman la autoría de un atentado. El grupo se opone al gobierno de Museveni, un aliado de seguridad de Estados Unidos en el poder desde 1986.
La milicia fue creada a principios de la década de 1990 por algunos musulmanes ugandeses que decían haber sido marginados por las políticas de Museveni. En aquel momento, los rebeldes perpetraban ataques letales tanto en localidades del país como en la capital, Kampala, incluyendo la masacre que en 1998 se cobró la vida de 80 estudiantes en un pueblo no muy lejos del escenario del último incidente.
Más tarde, una operación del ejército llevó a las ADF a huir al este de República Democrática del Congo, donde operan muchos grupos rebeldes debido al limitado control del gobierno congoleño sobre la zona.
Desde entonces, ha establecido lazos con el grupo extremista Estado Islámico.
En marzo, un presunto ataque de las ADF dejó 19 fallecidos en Congo.
Las autoridades ugandesas llevan años prometiendo capturar a los combatientes del grupo rebelde tanto dentro como fuera de sus fronteras. En 2021, Uganda lanzó ataques conjuntos aéreos y de artillería en el país vecino contra la milicia.