Moderna anunció este viernes que demandó a Pfizer y BioNTech, alegando que las dos compañías copiaron ilegalmente su tecnología para fabricar su vacuna contra el COVID-19 a partir de su patente sobre ARNm.
La vacuna de Pfizer-BioNTech contra el coronavirus fue la primera en recibir la aprobación total de las autoridades sanitarias estadounidenses.
Según Moderna, la estadounidense Pfizer y la alemana BioNtech, que desarrollaron una vacuna propia contra el coronavirus empleando también la tecnología de ARNm, "copiaron ilegalmente los inventos de Moderna y han seguido usándolos sin permiso", dijo la directora legal de la farmacéutica Shannon Thyme Klinger.
Moderna dijo que presentó patentes entre 2010 y 2016 para su tecnología de ARNm, que fue fundamental en la creación de su vacuna contra el COVID-19.
"Presentamos estas demandas para proteger la innovadora plataforma de tecnología de ARNm en la que fuimos pioneros, en la que invertimos miles de millones de dólares para su creación y que patentamos durante la década anterior a la pandemia del COVID-19", aseguró por su parte el director ejecutivo de Moderna, Stéphane Bancel.
La empresa alega que Pfizer y BioNTech luego copiaron esa misma tecnología para su vacuna, que lleva el nombre de Comirnaty.
"Moderna cree que Pfizer y BioNTech copiaron dos características clave de las tecnologías patentadas de Moderna que son fundamentales para el éxito de las vacunas de ARNm", según la demanda difundida este viernes, que asevera que ambas compañías carecían del nivel de experiencia necesario para el desarrollo de vacunas basadas en tecnología de ARNm cuando estalló la pandemia de coronavirus en 2019.
Moderna subraya que con su denuncia no busca la retirada de "Cominarty", nombre comercial de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por Pfizer y BioNTech o compensaciones por las ventas en los 92 países donde el programa COVAX se ha comprometido a ayudar en la distribución de la vacuna.
Asimismo, precisa que sus reclamaciones se limitan al periodo posterior a marzo de 2022.
La empresa con sede en Massachusetts (Estados Unidos), argumenta que en octubre de 2020 se comprometió a no reclamar sus derechos sobre las patentes relacionadas con la covid-19 mientras continuara la pandemia.
Sin embargo, sostiene que en marzo de 2022 actualizó este compromiso asegurando que no exigiría ninguna reclamación en los 92 países considerados de bajos y medios ingresos por el programa COVAX de la Organización Mundial de la Salud y por la fundación GAVI.